Hace pocos meses comentaba con mi amigo Arturo que me parecía increíble que los robots pudieran emular la complicadísima inteligencia humana en menos de cien años, basándome además en lo que me había comentado hace años -cuando él estudiaba y componía sus trabajos de fin de carrera sobre la inteligencia artificial- de que los ordenadores tenían serios problemas para categorizar conceptos como una mesa (¿cuántas patas se necesitan para definir una mesa?). Sin embargo él me comentó que desde hace unos años eso está superado y que incluso hoy en día los coches pueden conducir sin conductor.
Aparte de que ésto le recuerde a uno la película de Steven Spielberg, El diablo sobre ruedas, y le dé que pensar sobre si los seres humanos aceptarán de forma tan alegre que el conductor del autobús sea una máquina (podréis disfrutar la experiencia en Valencia dentro de unos años, eso sí, en tranvía)... la cosa es que dentro de diez años podremos tener metros sin conductores, si es que los sindicatos lo permiten
Además, el avance en bioingeniería es tal que existen robots como Asimo que suben escaleras y se mieven como seres humanos. Eso sí, para que no acojone, mide poco más de un metro
Es innegable que la técnica robótica es maravillosa para aquellas circunstancias en las que el ser humano tiene límites inalcanzables
- Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
De esta manera sería imposible que los robots atacaran a los hombres (más tarde Asimov escribió una cuarta ley que sería llamada 'Ley cero de la robótica': Un robot no puede hacer daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad sufra daño), si se cumpliera a rajatabla.
Lo que pasa es que cuando llegamos a estas disquisiciones nos encontramos con los mismos problemas éticos de la biotecnología, que no todos los inventos ni sus creappres tendrán límites. ¿Serán los científicos lo suficientemente éticos para no crear superhombres que acaben con el Homo Sapiens? ¿Perderemos los seres humanos el trabajo por la intervención de los robots? ¿Impedirá el hombre la existencia de los robots, o al final ellos se impondrán a los seres humanos? ¿Qué opináis?
Nota: los dos últimos enlaces son hacia dos vídeos de Animatrix que muestran una historia alternativa sobre la creación de los robots, la resistencia humana y cómo se produjo la victoria de las máquinas ante el hombre en una futurista historia alternativa mucho mejor que la película (que tampoco es para tanto).